Un día de estos amanecerás en mi cama y nunca querrás salir de ella, esa era su amenaza, cada que él se le acercaba en la barra a invitarle una copa, te crees irresistible siempre, le contesta él; y ella le dice al oído, un día de estos lo veras…
Su corazón se acelera con cada palabra que pronuncian eso labios fucsia; él no se cansa de preguntar, por solo hacerla hablar; ella le sigue el juego porque sabe hasta donde alcanza él a llegar, ella es la gata que suelta y recoge la cola de él, el ratón.
Con sus tacones va marcando el paso en el pavimento y él la va siguiendo a casa mientras admira como ella mueve su cola. Se besan, se muerde, se lamen, se tocan, se cogen, se aprietan, se mojan, se excitan más; ella le succiona el alma por la boca, el se la arrebata… ella le cierra la puerta.