domingo, 29 de noviembre de 2009

Pretenciosa



Te tengo atravesado entre mi garganta y mi pecho, sin ganas de dejarte salir, dejando que mi alma te devore poco a poco y sea feliz, se que quieres salir y llevarte de nuevo las mariposas, pero no voy a dejar que eso pase, porque soy dueña de tu boca, de tus pecas, de tu piel, de tus cicatrices, de tus ojos, de tus nalguitas de leche, de tu sonrisa, de tu espalda, de tus carcajadas, de tus abrazos, de tu aliento, de tu alma, de tus suspiros, de tus manos, de tu sudor; no te voy a dejar salir hasta que te adhieras a mi cuerpo, te hagas parte de él y ya no sientas la necesidad de huir, si soy pretenciosa al creerme dueña de ti, pero tú eres lo único que alimenta mi vida, mis días, mis sueños, mis textos. No puedo dejarte ir, porque sin ti ya no puedo volar, ya no puedo suspirar, ya no puedo sonreír, brincar, escribir, soñar, sentir, susurrar; quédate quieto, acomódate con cada respiro, arrullarte con cada latido, acostúmbrate a estar ahí adentro, porque pienso dejarte allí por mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario