Yo tenía la felicidad en las manos, era un poco resbaladiza, no tenia forma, era un tanto difícil tenerla en las manos y la deje caer, reboto un poco y creí volver la a coger, pero se me escapo; dejo manchado con color rojo sangre y puntitos morados y rosados los muebles, los retratos, las paredes, las sabanas, dejo su rastro por todos lados, para recordarme que la había perdido, trate de borrar las manchas con lágrimas, licor y mentiras, fue imposible, brillaban mas y yo me sentía más culpable; las tape con botellas de vino y hojas secas, pero fue imposible ya que persistían salir a flote, les pegue un poquito de nubes de humo para disimularlas ante las visitas, pero las notaron al ver que mi sonrisa estaba ausente, trataba de llegar más tarde a casa, mis pasos se volvían más lentos, pero al final me las encontraba de frente, eran injustas persistentes, insoportables, malas, todo el tiempo pasándoseme por la cara para recordarme que había perdido la felicidad, la había dejado salir de mis manos, por ingenua, por confiada, por descuidada. Manchas de infelicidad, de chocolate amargo, de trago fuerte, de sin sabor, de ausencia.
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Qué honestidad...
ResponderEliminarQué triste y que dulce...
Me encantó, me pude ver ahi, limpiando las gotas como tú.
:)