lunes, 19 de octubre de 2009

Aliciada parte I

No sabe dónde está parada, si en una baldosa, un tronco, una silla, un estrado, en el prado o en el agua tal vez. Todo está tan oscuro, que no puede ver. No siente si es suave, carrasposo, liso o mojado; sus pies no tocan “tierra”, sólo se lo imagina. Es como el limbo o el país de las maravillas, todavía no puede diferenciar de qué lado del espejo está, si es Alicia, el gato o la oruga. Está perdida perdida totalmente perdida. No sabe si es de día o de noche, el humo oscuro no la deja ver más allá de sus manos. No sabe si dar un paso, ya que podría caerse o perderse, tal vez subir o bajar… bueno, en fin, qué más da, si ni siquiera sabe a dónde va.

Sólo sabe que está sola, que hay silencio, que no hace frio, no escucha pájaros ni grillos; no tiene ni una sola pista, ni una señal que le indique dónde se encuentra “parada”, tampoco puede ver sus pies, es más, no está segura si tiene pies o no, ¿entonces como podría caminar? Se preguntó, pero para qué caminar si no sabe para donde va.

Cree que todo da vueltas, pero en realidad es ella quien da las vueltas, gira y gira dentro de su cabeza la confusión, queriendo parar, queriendo poner orden en su desorden mental, y no es que esté loca, es que simplemente está confundida, todavía no se siente perdida, sabe que está en un lugar, todavía no sabe cuál, pero sabe que “está”, al menos “está”, todavía no “es”, todavía no sabe quién “es”, qué “es”, a dónde quiere llegar.

Su cerebro empieza a reconocer cada parte de su cuerpo, dedos, manos, nariz, boca, ojos, ombligo… empieza a reconocer cada parte de su cuerpo, pero de su cintura para abajo ya no sabe qué hay, ni siquiera sabe si hay, porque está flotando o nadando… en todo caso es una sensación parecida.

Ya no puede pensar con los pies, ahora le toca con la cintura para arriba, ya sé, pensó, ¡por eso estoy tan confundida!, ahora me toca pensar con la cabeza, dijo para sí misma, con un gesto de asombro en su rostro, parecía algo absurdo u obvio, ya que se supone que todos piensan con la cabeza, ¿y eso de tener los pies en la tierra no es pensar con la cabeza? ¿Pero si ella flotaba?

Si se reconocía de la cintura para arriba como una persona, entonces ¿qué sería de la cintura para abajo?, de pronto una criatura mitológica, o una nueva especie, pensaba ella. Ahora tenía un problema más que se le sumaba a la confusión, su cabeza estaba a punto de estallar por la acumulación de interrogantes que tenía a dentro, eran tantos que empezaron a salírsele por los oídos y por la nariz, su primer reflejo fue pensar que era sangre y al ir palpando con los dedos, se asustó porque pensó que era algún bicho raro, pero después de terminar de pasar el dedo por todo el contorno llegó a la conclusión de que era un signo de interrogación, sonrió sintiéndose estúpida por haberse asustado; luego se preguntó ¿y a dónde irán a caer? ¿O flotarán? ¿Me mancharán el vestido? ¿De qué color son? Y el flujo de interrogantes aumentó, con esto concluyo que entre más preguntas se hacía, más signos de interrogación aparecían después de un rato de estar analizando la situación, cayó en cuenta de que podía usar sus manos y que si con su tacto había reconocido los signos de interrogación, ¿por qué no utilizar sus manos para descifrar lo que había de su cintura para abajo?

Estaba asustada, muy asustada, temía por lo que podría encontrar allí abajo, temía que no fueran piernas o en su caso que fueran patas de una avestruz o de un caballo, sería algo confuso, pensó, pero luego se le vino un pensamiento peor, podrían ser ¡aletas! ¡Escamas! ¡Plumas! ¡Ruedas! ¡O bombas! exclamó aterrorizada.

Después de analizarlo por algunos minutos, decidió llevar a cabo el procedimiento de reconocimiento de cuerpo de la cintura para abajo; contó hasta tres y comenzó a bajar sus manos lentamente por el cuello, sintió los huesitos de la clavícula, siguió bajando y encontró pechos que eran del tamaño de un durazno, allí se refugiaba la respiración un poco agitada, sus dedos siguieron bajando por las costillas y se encontraron en el ombligo; cuando ya sus dedos estaban a punto de cruzar la línea de la cintura que divide el cuerpo en arriba y abajo, llego de nuevo un pensamiento oscuro…¿ y si no tuviera sexo? ¿Y si fuera el de un hombre?, su respiración se agitó más, siguió bajando las manos por el vientre y sintió la vulva suspiro y se dijo a sí misma dándose consuelo: bueno, por lo menos confirmo que soy mujer, se alegro un poco, pero todavía debía proceder con el reconocimiento de su cuerpo. Sintió algo que eran piernas, las rodeó con sus manos, encontró sus glúteos, una sonrisa se fue dibujando en su rostro, siguió bajando y encontró rodillas, siguió bajando ya totalmente confiada, convencida de que era una persona normal, completa, sus manos bajaron por las pantorrillas y ¡horror, horror!, no podía creerlo, era insólito, era totalmente increíble, hubiera preferido quedarme con la duda, se lamentaba, antes que pasar por esta situación tan confusa, tan caótica. Después de las pantorrillas no había nada más, absolutamente nada, ¡sí, Nada!, a eso venía la rara sensación de que flotaba. Era como si hubiesen borrado los pies.

Estaba impactada, no reaccionaba, su confusión aumentaba, su cabeza daba más vueltas, mas rápido, velozmente, estaba mareada y no pudo evitarlo: Salió el vómito, ¡vomitó!

Su vómito era de colores fluorescentes y no caía, entonces se dio cuenta de que ahí no había gravedad, el vómito de colores fluorescentes se iba expandiendo y perdiendo entre el humo, ahora su mente reaccionaba a lo que sus ojos veían.

Veía salir colores de su boca, veía salir elefantes rosados, trompetas de payaso, bicicletas antiguas, payasos pequeños, notas musicales. Más confusión llenó el momento y su primera reacción fue taparse con las manos su boca.

Pasó un largo rato, atajando la náusea, no se sentía cansada de estar ahí, “parada”, pero su mente si estaba agotada de dar vueltas, de intentar encontrar una explicación, de intentar darle un sentido a todos estos acontecimientos, estaba tan cansada que sus ojos se fueron cerrando, su cerebro se desconectó por completo de la realidad y se sumergió en un sueño, que podría ser revelador, sueño en que el inconsciente podría dar una explicación, llegar a una conclusión de todo ese dilema.

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