martes, 4 de agosto de 2009

Claroscura


Claroscuros esta su rostro, porque ya no sabe cómo poner la cara ante la realidad agridulce que no la satisface, ha probado de todo, con los excesos, con las medidas, con los sueños, con las fantasías, pero nada le quita ese sabor a flores muertas a sus días, trata de dibujar los días con menos nubes y las noches con mas estrellas pero sigue ese ácido en su garganta, mira fijamente el sol, pero todo sigue claro oscuro, con medios tonos, las calles son angostas y no pueden caminar juntos, ahora solo va ella arrastrando los pies, intentando llegar a ninguna parte, solo en busca de tragos fuertes, de besos bien dados, de susurros antes de dormir, va en busca de unos ojos que no sepan a tinta; al atardecer se torna un poco confundida, un poco borrosa, porque es cuando se da cuenta que esta despierta, de que esa es su vida, de que se termina el día y no ha encontrado esa sonrisa que perdió un día, sube a la terraza ve como el sol se marcha, suspira, llora un poco, traga saliva, mira la luna y dice: es hora de la despedida.

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