sábado, 8 de agosto de 2009

El poder de sus movimientos

Estaba todo puesto sobre ella, todo lo que desenvolvía nuestro futuro: estaban las palabras, el valor, la inspiración; ella estaba coja y atentaba ante cada uno de nuestros movimientos, a voltearse con todo. Él se sentía un intruso dentro del grupo y por eso traía un sombrero, para ocultar su inseguridad y diferenciarse del grupo, ella los conocía a todos, pero a la vez no conocía a nadie, también estaba el payaso-mago que se mofaba de todos y se desaparecía a ratos y estaba la yuca que estaba con todos, era de todos , era todos, cuatro sujetos sentados frente ella, la coja, que no hacía sino atentar contra su futuro, los amenazaba con acabar con todo, con causar tristezas, con causar malestar y molestias entre todos, ella quería ser el centro de atención de todos, ya que estaba en el centro y tenía que ver con todos, se inclinaba para escuchar todas las conversaciones, donde estaba involucrada ella, la única de la noche, observaba cada gesto, cada risa, cada interacción, como tenía la responsabilidad de tener todo en orden, entonces se aprovechaba de la situación para llamar su atención todo el tiempo, ninguno le daba toda la importancia que se merecía, ya que solo era un objeto para usar, pero a la vez robaba toda la atención ya que era inestable, si ella fuera igual a las otras, pasaría a ser una más del montón, pero como era coja eso la hacía especial. Ella, sabía que la de la sonrisa constante se había encontrado un cigarrillo antes de llegar, que los otros dos solo querían escapar y el otro solo quería actuar.

Había mucho ruido a su alrededor y había otro más que se quería robar su atención, el anfitrión, lo que no sabía era que ese otro los había llevado a ella, de que ese otro era el argumento y de que había otras iguales a ella, mejores que ella, pero no tenían tanta atención como ella, las otras eran seres inertes, ella era especial porque tenía ese movimiento tan particular, que la hacía menos apetecida, pero era el centro de atención. Todos bailaban, todos reían, todos compartían, ella, solo se movía, para llamar su atención, bailaba con la música de una forma arrítmica, su única intención era mantenerse en movimiento constante, para no perder la atención de ellos, era un juego, los manipulaba, se reía y lo disfrutaba; el problema es que no sabía, que el hecho de que se moviese no la hacía un ser vivo, todos sabían que era solamente la menos deseada, la más cuidada, la más complicada y que era solamente eso, un objeto de madera para ser usado, una mesa sucia, vieja y coja, de un bar cualquiera.

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