Escribo porque es la respuesta al caos que me habita, escribo porque nací para ello, porque simplemente las palabras van saliendo de mis dedos, de la misma forma como el lector las va consumiendo.
Soñé que había regresado a buscar las cosas que habías dejado tiradas, la verdad no encontré mucho, solo unas gafas rotas, algunas notas, algunos sueños rotos y un poquito de sentimientos sueltos, lo recogí todo, lo puse en una bolsa negra y lo eche a la basura, yo no lo necesitabas, en el camino de vuelta a casa me encontré con viejos amigos, todos me preguntaban por ti y yo solo les respondía, ya fue, ahora no es, no lo sé, la verdad es que hace mucho tiempo deje de saber de ti , ya no sé si llevas la misma sonrisa puesta, los días han dejado de dolerme poco a poco, pero todavía guardo los pedazos de todo, por si algún días los quieres volver a tirar y no haya necesidad de volverlo a romper todo, en el sueño todo se veía un poco opaco pero era de color azul agua marina, las señales de tránsito y los carros y los edificios y las bancas eran de cartón, menos mal los arboles, las nubes, el viento y la música eran de verdad, camine mucho, con la sensación de que había olvidado algo y antes de despertarme caí en cuenta de que me había olvidado de ti.
Invisible, me he vuelto invisible para sus ojos, inleible para su piel, inbesable para sus labios, inabrazable para sus brazos, inpensable para su mente, los días me han ido borrando, ahora me voy con el viento, con el tiempo, con cada segundo me voy alejando, se van sepultando los recuerdos, se van esfumando en el cerebro, van muriendo una a una cada caricia, cada sonrisa, cada palabra, cada mirada, se van volviendo parte de lo que no existe, se van volando a lo lejos sin ganas de volver, he muerto en el silencio, en el olvido, ya le han quitado el respiro a esos días, ya se han sacado el resto de suspiros, no voy a ser más pronunciada, ya ni siquiera voy a estar ausente, me han convertido en nada.
Es una extraña criatura, que se come los corazones. Primero desarma a sus víctimas, hacen que desnuden su alma y luego, ya con la armadura de su víctima puesta se la devora, los huesos los colecciona, la piel la convierte en su abrigo, los ojos los mete en un collar y el resto de cosas las destruye con sus pies, es feliz pisoteando todo, lo disfruta, cada crujido, le encanta partirlo todo, así sea algo que ni siquiera hace ruido, se lo imagina, cuando come muy rápido se muerde la lengua, pero disfruta el sabor de la sangre en su boca, es una criatura que por fuera siempre luce fascinante, cada movimiento que hace es encantador y su voz es suave pero firme, por dentro su alama es oscura, al igual que sus ojos, tiene la sonrisa perfecta, las palabras precisas, la piel suave, el cuerpo más sensual, mas sexual, a sus víctimas les endulza el oído con susurros, y las hipnotiza con su mirada, las enamora con su forma de ser, las hace sentir siempre bien, las hace volar, las hace danzar y luego cuando las tiene en el punto más alto las baja de un golpe, para dejarlas inconsciente y poder empezar el rito de destrucción, les hace el amor, les lame la piel, y en cada beso de a poquitos les va succionando el alma, cuando ya están al último respiro, les mete la mano por su boca y les saca el corazón, lo devora lentamente, el placer que siente es espacial, le encanta sentir la sangre tibia resbalar por su piel, y el sonido del último respiro lo excita aun mas; ya después al volver en sí, con sus uñas raja la piel y empieza a sacar los huesos, a acomodarlos uno a uno en su armario, los ojos los saca con cuidado, se los mete a la boca los saborea un poco y luego los incrusta en su collar, la piel la quita, la limpia sin quitarle su olor original y la cuelga ya que es su nuevo abrigo.
Un año de derrotas, fue lo último que pensó antes de quedarse dormido, ese año había fracasado en todo, y lo que más le dolía todavía era haber dejado ir al amor de su lado, porque sin él ya no podía volar, ya no podía danzar, ya no podía reír, ya no era capaz ni siquiera de soñar, fumaba para sentir el olor de sus manos, tomaba para sentir el sabor de sus besos, sumergía sus pies en el agua para recordar sus caricias, no soportaba estar sobrio sin ella, no soportaba estar despierto sin ella, se sentía incompleto en todos los sentidos, como si hubiera perdido la mitad de su piel, la mitad de su cara, la mitad de su corazón; todas las noches su cama se inundaba de lágrimas y por más que embriagara su corazón, por más que intentara desinfectar su alma con licor, era hasta ahora imposible olvidarla, cambio su cama por una más pequeña para no sentirse tan solo, pero de todas formas su cama se sentía vacía, dejo de mirarse a los ojos en el espejo para evitar verla reflejada en ellos, se daba golpes en la cabeza, pero nunca llego a quedar inconsciente, no entendía porque dependía tanto de su presencia, porque agonizaba con su ausencia, su vida estaba rota, su alma quebrada y su cama vacía, de día vivía su vida, de noche revivía su pasado una y otra vez hasta quedarse dormido entre los recuerdos, quería desangrar sus labios para borrar sus besos, quería quitarse las entrañas para ver si de esa forma se la sacaba de adentro, es que la tenía tan adentro que ni siquiera sabía en donde estaba metida; al despertar la mañana siguiente, con las lágrimas todavía húmedas en su rostro decidió mirarse de nuevo al espejo, encontró la misma cara gris, los mismos ojos opacos, nada había cambiado, solo lo había aceptado, una vida sin ella, conformista podrían llamarlo, sin esperanza, porque simplemente no valía la pena esperar lo que nunca iba a pasar, su regreso, tranquilo, pero infeliz, con su pecho lleno de suspiros pero valiente por enfrentar el mundo solo.
Me despierto con la cabeza revuelta, los dedos todavía me huelen a marihuana, y mi alma todavía sigue rota, en mi cuerpo tengo un sentimiento intranquilo, que me dice que tengo que escapar de mi destino, de mi cuerpo, de mi vida. Anoche intente embriagarla, sanarla, desinfectarla, pero es imposible, todavía no se le quita lo usada que ha sido, todavía no se le quita ese olor a nostalgia, el alma se resiste.
Me he despertado tres veces y esta última tuve que resignarme a estar despierta, tuve que enfrentarlo, tuve que dejar que el consiente tomara mi cuerpo, no es justo despertar sin querer despertar, no es justo que lo obliguen a vivir sin querer vivir el día, a estar con los ojos abiertos, con los oídos abiertos, con la nariz abierta y con la boca cerrada, es a la única que puedo controlar, porque hasta mis manos escriben solas, escriben lo que mi boca quiere decir.
Sigo tumbada en la cama sin querer salir al mundo, sin querer darle la cara al público, sin querer iniciar la función, mi pelo todavía juega con el humo, y en mi nariz están metidos todos los olores de la noche de anoche, en mi piel todavía está la humedad y quedan algunas de las palabras que fueron pronunciadas en la critica que se le hizo a la vida, cierro los ojos y me devuelvo al momento en que estaba acostada en ese colchón, en esa terraza mirando el cielo naranja, viendo como las palabras que salían de cada boca iban volando iban subiendo hasta perderse en el silencio; abro los ojos y de nuevo estoy en la misma cama, en la misma habitación, en la misma casa, en la misma ciudad, que me aprisionan, que me sumergen en un mar de nada, en un mar sin movimiento, sin marea, en esta ciudad inmóvil, lenta, que no me deja dar los pasos a mi ritmo, un ritmo arrítmico, que a veces va rápido, a veces va muy rápido y a veces ni se mueve.
Acostada mirando el techo, buscando una motivación, un argumento, una necesidad que me obligue levantarme, de esta, por ahora, mi tumba, a ponerme el disfraz y empezar de nuevo a actuar, de día es la función y de noche es lo real, en la noche salen las criaturas, los demonios, las almas, sale todo lo que no se atreve a salir cuando hay luz, porque la luz revela todo nuestro lado oscuro, la luz nos obliga ver lo que no queremos ver.
Despierta, acepto ahora que estoy despierta, Iré a bañarme al rio, para que se me lleve todo lo amargo, para que me quite este olor a humedad y me desempolve un poco los ojos, para empezar el día, empezarlo tarde para terminarlo rápido, tratare de no dejar entrar tanto la luz, tratare de sonreír un poco, tratare de estar sobria.