miércoles, 23 de diciembre de 2009

Una extraña criatura

Es una extraña criatura, que se come los corazones. Primero desarma a sus víctimas, hacen que desnuden su alma y luego, ya con la armadura de su víctima puesta se la devora, los huesos los colecciona, la piel la convierte en su abrigo, los ojos los mete en un collar y el resto de cosas las destruye con sus pies, es feliz pisoteando todo, lo disfruta, cada crujido, le encanta partirlo todo, así sea algo que ni siquiera hace ruido, se lo imagina, cuando come muy rápido se muerde la lengua, pero disfruta el sabor de la sangre en su boca, es una criatura que por fuera siempre luce fascinante, cada movimiento que hace es encantador y su voz es suave pero firme, por dentro su alama es oscura, al igual que sus ojos, tiene la sonrisa perfecta, las palabras precisas, la piel suave, el cuerpo más sensual, mas sexual, a sus víctimas les endulza el oído con susurros, y las hipnotiza con su mirada, las enamora con su forma de ser, las hace sentir siempre bien, las hace volar, las hace danzar y luego cuando las tiene en el punto más alto las baja de un golpe, para dejarlas inconsciente y poder empezar el rito de destrucción, les hace el amor, les lame la piel, y en cada beso de a poquitos les va succionando el alma, cuando ya están al último respiro, les mete la mano por su boca y les saca el corazón, lo devora lentamente, el placer que siente es espacial, le encanta sentir la sangre tibia resbalar por su piel, y el sonido del último respiro lo excita aun mas; ya después al volver en sí, con sus uñas raja la piel y empieza a sacar los huesos, a acomodarlos uno a uno en su armario, los ojos los saca con cuidado, se los mete a la boca los saborea un poco y luego los incrusta en su collar, la piel la quita, la limpia sin quitarle su olor original y la cuelga ya que es su nuevo abrigo.

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