Quisiera besarte como nadie más te ha besado, sin pena, con alegría, encima de la copa de los arboles, en el bus, en la fila, desnudos, acostados, en los sueños, dártelos con el corazón, con el alma, con el cerebro para que siempre te sepan cuando te vas, cuando duermes, cuando viajas, quisiera darte los besos azules, morados, verdes, naranjas, con sabor a chocolate, a caramelo, a cerveza, a vodka, a limón, de múltiples formas, para que se queden metidos en tu pecho, debajo de tu piel, en la mitad de tus ojos, porque los besos que te daré son reales, son intensos, son espaciales, psicodélicos, nocivos, quiero que mis besos se te conviertan en un vicio, en una necesidad, en algo vital, porque con ellos quiero contagiarte de felicidad, de placer, de vida, de deseo, de espontaneidad, porque son mis besos, porque te los regalo, porque te los doy con todo mi ser , con mis entrañas, con mis neuronas, porque en ellos te entrego cada partícula de mi cuerpo.
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